Te voy a contar un secreto: me siguen gustando las mismas cosas que cuando era niño. Es cierto que como adulto tengo otras aficiones e intereses, pero hay en mi interior una persona a la que le siguen gustando los superhéroes, las aventuras en el espacio, los viajes en el tiempo. Apuesto a que a ti también te pasa. De lo contrario no se explicaría que las películas de Marvel o Pixar vendan tantas entradas de padres y madres como de niños y niñas, ¿no? En parte ello me llevó a la creación de las aventuras de Vic Verne, el personaje y todo lo que le rodea, como una plataforma para revisitar todas esas influencias de mi infancia, desde Conan Doyle a Jack Kirby, pasando por las selvas de Tarzán. Todas estas referencias no forman parte de nuestros hijos, sino de nosotros, padres y madres bordeando los cuarenta. Pero mantienen intacta su capacidad de fascinación para ellos, y activan la nostalgia y el disfrute más básico en nosotros.
Entonces, ¿por qué también este libro es para ti?
-Porque en él se desvela a qué se dedicó de mayor Shiro Kabuto, el hermano de Koji.
-Porque también a ti te gustaban los cómics, y las películas de los ochenta como Regreso al Futuro, Los Goonies o el Secreto de la Pirámide.
-Porque siempre sospechaste que, si alguien podía encontrar al monstruo de Frankenstein en el ártico, ese era Roald Amundsen.
-Porque igual que tu hij@, tú también crees que con descubrimientos y ciencia el mundo será un lugar mejor.
-Porque es Aventura con mayúsculas, y la aventura no tiene edad.
Si estas razones no son suficientes, te daré la definitiva: si no lo lees enviaré para convencerte a Mahatma Bhupendra Bengala, último superviviente de la Civilización de Hombres Tigre de La India. Y créeme: puede ser muy persuasivo…